MÓDULO I
LA COMPETENCIA DEL DOCENTE ANTE LA VIOLENCIA Y SUS EFECTOS
CONTENIDO
La violencia………………………………………………………………………………….2
La Violencia Escolar……………………………………………………………………..6
Los derechos humanos en contra de la violencia…………………………11
Violencia Familiar; mecanismos legales de protección……………..….17
Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar…………19
Como impacta la violencia en los alumnos………………………………….28
Competencias estratégicas del docente ante la violencia escolar
En un país en vías de desarrollo (archivo. Anexo)
INTRODUCCIÓN
En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a día contra ellos?
Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia.
Para lograr el cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro respondan a las expectativas de sus progenitores.
Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños.
- I. LA VIOLENCIA.
Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos generalmente a la producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en:
1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y el abuso de los niños.
1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en el transporte público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte en una selva urbana.
1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas.
1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo, informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y la salud.
1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo (comunidades nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos de vida poco saludables.
1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. Establecido no ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad, el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar.
LA VIOLENCIA DOMESTICA
DESTRUYE FAMILIAS Y MATRIMONIOS
La violencia destruye los matrimonios
Como el respeto mutuo no existe en una relación caracterizada por el maltrato, a menudo el amor desaparece en los matrimonios que continúan en esa situación durante mucho tiempo. Ambos cónyuges tienen que reconocer que necesitan ayuda y deben recurrir a ella juntos, si no, ese matrimonio tiene pocas esperanzas de sobrevivir.
¿Qué se puede hacer?
Aunque las víctimas de la violencia doméstica en la mayor parte de los casos han sufrido en silencio durante muchos años y no han recibido la ayuda que necesitaban, la sociedad actual ha reconocido por fin que hay que denunciar y erradicar este terrible mal.
Tanto la víctima de la violencia doméstica como su victimario están emocionalmente enfermos y necesitan ayuda. Ninguno de los dos puede recibir ayuda hasta que no reconozcan que el maltrato existe. No se benefician en lo absoluto manteniendo este horrible secreto, sino que deben compartirlo con aquellos que pueden ayudarlos: un sacerdote, un maestro, un psicólogo o un psiquiatra.
¿Qué puede hacer la víctima de esta violencia si su esposo no quiere buscar ayuda (lo cual es un serio deber), sino que continúa infligiéndole serios daños físicos o psicológicos a su esposa o la amenaza con realizarlos? Si los esfuerzos para resolver esta situación continúan fracasando o cuando el ataque parece estar próximo, la mujer tiene el derecho (y el deber) de escapar y buscar refugio en otro sitio – con su familia, amistades o en refugios especiales disponibles para ello. Su salud física y mental, en realidad su propia vida, se encuentran en peligro. (Por supuesto, si hay niños presentes, todo esto se refiere a ellos también.) La separación física de esta situación puede ser buscada incluso durante el proceso mediante el cual el victimario voluntariamente busca y recibe ayuda, ya que muchas veces el proceso de curación psicológica tiene sus recaídas. Lo correcto no es que la víctima permanezca en esta situación de maltrato, sino que salga de ella y busque ayuda, tanto para sí misma como para sus hijos (si los tiene) y su victimario.
Debemos estar dispuestos a ayudar a las víctimas de la violencia doméstica a escapar de este círculo vicioso de maltrato físico o psicológico, para que así puedan recobrar su autoestima y descubrir su dignidad como personas.
Nota: La información contenida en este artículo fue tomada, en su mayor parte, de escritos y conferencias del Dr. Jesús Arina, psicólogo católico que reside en Miami, Estado de Florida, Estados Unidos, y que se especializa en el tratamiento de las víctimas de la violencia doméstica.
"NO PIDAS PERDON POR LAS COSAS QUE HICISTE, MEJOR PIDE PERDON POR LAS COSAS QUE DEJASTE DE HACER Y PUDISTE HABER HECHO"
- II. TIPOS DE MALTRATO.
2.1 Maltrato Físico.
1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras, envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
2. Lesiones físicas menores o sin lesiones:No requieren atención médica y no ponen en peligro la salud física del menor.
2.2 Maltrato Emocional.
1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las actividades familiares.
2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una sensación de constante amenaza.
3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño.
4. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales.
5. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción:Impedir la normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
2.3 Maltrato por Negligencia.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc.
- III. MALTRATADORES.
3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas aquellas personas que cometen actos violentos hacia su pareja o hijos; también puede ser hacia otros en general.
3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar.
3.3 ¿Qué características tienen los maltratadores?
1. Tienen baja autoestima.
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
4. No saben expresar afecto.
3.4 ¿Qué características tienen los maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
- Comprenderse.
- Comunicarse con calidez y afecto.
- Respetarse.
- Dominar sus impulsos (ira, cólera).
La glucosa y el rendimiento deportivo
Violencia escolar
Las sociedades contemporáneas, desiguales en extremo y multiculturales, plantean desafíos a la escuela, que no se modifica con la misma velocidad y que muchas veces no está preparada para tareas adicionales que el exterior le impone.
La violencia escolar es uno de los temas más difíciles que se plantea diariamente en las aulas del mundo contemporáneo. Si bien es cierto que en los últimos años su magnitud parece haber aumentado, no se trata de una novedad en sentido estricto. El registro de esta problemática comenzó a adquirir cierta relevancia ya en los años setenta, en países como Alemania, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña. No obstante, los análisis teóricos sobre la violencia escolar aún son precarios y dispersos: se trata de un territorio insuficientemente explorado.
Límites del concepto
Existen dos dificultades iniciales que se le presentan al investigador al trabajar sobre este fenómeno. Uno está referido a su complejidad como hecho social, que requiere de un tratamiento interdisciplinario muchas veces enunciado pero en pocas ocasiones llevado a cabo. Sus causas son múltiples y se identifican con una gran cadena de factores que van desde el desarrollo psicofísico del individuo hasta la estructura económica, social y política de las sociedades. Esto hace menos simple cualquier intento de diagnóstico.
La otra dificultad, también de alguna manera epistemológica, tiene que ver con el problema de la definición: ¿a qué llamamos violencia escolar? Es importante distinguir la violencia del conjunto de hechos comúnmente denominados ‘faltas de conducta’ o ‘indisciplinas’. Éstos son hechos que suelen perturbar el normal funcionamiento de las escuelas y, por eso, adquieren rápidamente su relevancia en el seno de las mismas. Pero es importante aclarar que para que podamos hablar de violencia es necesario que haya una agresión, física o verbal, de un alumno o grupo de alumnos hacia otro de sus pares o grupo de pares (golpes, insultos, amenazas, buylling, vandalismo, violación, uso de armas, etcétera).
Las interrogantes
En toda situación de violencia escolar podemos visualizar tres ejes desde los cuales ingresar al análisis y a la búsqueda de causas. Estos ejes son las relaciones interpersonales, las relaciones del individuo con su grupo familiar y las relaciones escolares propiamente dichas. En principio, cada vez que la violencia aparece, debemos identificar elementos perturbadores en cada uno de estos ejes, que interactúan en forma permanente y que sólo son distinguibles e identificables por la actividad del analista.
Hecha esta observación, podemos dar inicio al aspecto más controvertido: las causas del fenómeno. ¿Dónde se inicia la violencia escolar? ¿Quiénes son sus responsables? ¿Qué responsabilidad le cabe a la escuela? Son interrogantes centrales de esta problemática.
Es difícil poder dar una respuesta acabada a estas preguntas. Las causas de los fenómenos sociales son, como ya dijimos, múltiples.
Sin lugar a dudas, los orígenes del incremento de la violencia escolar manifestado en los últimos años pueden encontrarse en la estructura económica de las sociedades contemporáneas. El reparto desigual de la riqueza, la ampliación constante de la brecha entre los sectores más ricos de la sociedad y los más pobres son factores fundamentales de los conflictos sociales que pueden adquirir características violentas. La falta de oportunidades, la carencia de una esperanza de movilidad social, la desocupación creciente, son condicionantes que golpean duramente a las familias en las cuales crecen los niños. Y esto puede desembocar en conductas violentas y agresivas también en los más pequeños.
El papel de la institución escolar
Frente a este panorama cada vez más grave y complicado se ubica la escuela, la institución escolar. Si la violencia es un elemento que está presente en diferentes ámbitos de la esfera social, ¿cuál es el papel de la escuela? ¿Cabe exigirle a la institución educativa resolver problemas absolutamente externos? Y más aún, ¿son estos problemas externos a la escuela? Para intentar responder estas preguntas es necesario que la mirada comúnmente adoptada frente a la institución escolar se vuelva más compleja.
El dispositivo escolar
Muchas veces hablamos de la escuela como una institución que colabora con el desarrollo natural del individuo. Como afirma Philip Jackson: “La asistencia de los niños a la escuela es, en nuestra sociedad, una experiencia tan corriente que pocos de nosotros nos detenemos apenas a considerar lo que sucede cuando están allí.” Tendemos a asumirla como una etapa inseparable en la vida del individuo, a la que sólo podemos objetar o analizar en los aspectos más peculiares de los planes de estudio, las reformas pedagógicas, el cambio de los contenidos educativos, etc. Pero no siempre asumimos el carácter histórico, socialmente determinado, y las características formadoras de conducta de lo que, siguiendo una visión de raíz foucaultiana, algunos autores han denominado ‘dispositivo escolar’.
Desde la psicología institucional se recomienda la desnaturalización del análisis sobre la escuela, y se pone especial énfasis en aquellas prácticas escolares que funcionan como determinantes en la formación del educando dentro del dispositivo escolar (Baquero y Terigi, 1996). Nos referimos concretamente a la organización espacio-temporal del aprendizaje, su distribución en grados, y su particular sistema de triunfos y fracasos. Todo esto y algunos elementos más, como la descontextualización de los saberes, son los que configuran y producen un tipo de desarrollo infantil de ninguna manera natural, absolutamente reglado y universalizado, más allá de los matices que adquiera en cada país y en cada región.
La concepción de la escuela como laboratorio de comportamientos, como un espacio donde se quiebra la cotidianidad de los sujetos infantiles y se les somete a regímenes de trabajo e inscripción de saberes, puede resultar útil a la hora de analizar fenómenos como la violencia escolar, que ocurren en los establecimientos, y cuyas causas no pueden ubicarse exclusivamente ni fuera ni dentro de la institución escolar. Y es importante reafirmar esta cuestión si se pretende analizar a la escuela no como un mero espacio, neutro e impoluto, donde vienen a reflejarse los efectos de un afuera desigual e injusto, sino como una máquina productora de sujetos, donde la relación entre educadores y educandos tiene consecuencias no sólo cognitivas, y donde el enfrentamiento con esa realidad externa tiene una forma de ser específica.
No se trata de culpar a la institución escolar de todos los males del mundo contemporáneo, sino de trabajar conjuntamente con la escuela, para resolver de la mejor manera posible cada uno de los conflictos, determinando aquellas variables internas que puedan estar relacionadas con la aparición de estos fenómenos. Pero para eso es esencial conocer su funcionamiento institucional.
Igualdad-diferenciación
La escuela posee características como las ya enunciadas (organización espacio-temporal del aprendizaje, distribución en grados, sistema de triunfos y fracasos) junto a un determinante relativo a su funcionamiento que puede reconocerse como esencial: la institución escolar actúa sobre poblaciones, sobre grupos, a pesar de sus instancias individualizadoras. Este rasgo no debe conceptualizarse como necesariamente negativo, sino que es importante observar el distinto impacto que puede tener sobre los diferentes individuos que componen esas poblaciones.
El accionar sobre colectivos conlleva algunos riesgos. Con las migraciones tan masivas del mundo globalizado, las diferencias culturales afloran permanentemente. Muchas veces los planes de estudio y, con mayor frecuencia, los educadores, no parecen suficientemente capacitados para afrontarlas. Estas cuestiones pueden ser generadoras de violencia si no son encaradas en forma adecuada (Debarbieux, 1997).
También puede verse este problema en las enormes diferencias de clase entre los alumnos. Al aplicar los mismos métodos de evaluación estandarizados y las mismas exigencias individualizadoras, la escuela termina reproduciendo desigualdades que están presentes en la sociedad. El panorama es así doblemente injusto: alumnos que no poseen en sus casas las condiciones mínimas para el estudio, cuyos padres muchas veces viven el drama de la desocupación, carecen del tiempo y la posibilidad (por menor instrucción) de apoyar el aprendizaje de sus hijos, y contextos de violencia potencial que no encuentran en la escuela la oportunidad de corregirse. Muchas veces, estos modelos de estratificación social desembocan en la escuela en una espiral educativa, compuesta de ausentismo, repitencia, deserción. La institución no consigue actuar como proveedora de oportunidades y su funcionamiento graduado de triunfos y fracasos, de aprobados y reprobados, resulta para los niños un nuevo tamiz.
El choque de la realidad exterior con un sistema rígido y exigente (en cuanto a sus manejos del tiempo, del espacio, del saber, de la disciplina) puede ser más violento de lo que las buenas intenciones de generaciones y generaciones de pedagogos pueden llegar a suponer.
No siempre estas series de elementos o características que estamos analizando concluyen en hechos de violencia, pero sí puede afirmarse que la mayoría de esos hechos violentos, muchas veces presentados intencionadamente como aislados, pueden vincularse a las fricciones anteriormente descritas, en este particular contexto de convivencia que provee el sistema escolar.
Afirmamos que la intención del análisis no debe ser la culpabilización de la escuela o de los educadores, sino la toma de conciencia para la producción colectiva de soluciones. Estamos en condiciones, ahora, de empezar a formular las vías tentativas de desarrollo de esas soluciones. Sin pretender agotar un tema aún inconcluso, comenzamos a vislumbrar las distintas estrategias que pueden adoptarse para enfrentar estos episodios y sus condicionantes institucionales.
El problema de las soluciones
Las vías de acción frente a las situaciones de violencia escolar son y han sido muy variadas. En muchas ocasiones, los métodos empleados estuvieron relacionados con el sostenimiento de una política represiva de esos hechos. En Francia, por ejemplo, desde el año 2000 se han venido implementando controles policiales a la entrada y salida de los establecimientos. Sin llegar a estas medidas de corte represivo, en la mayoría de los países suele ponerse el acento en lo punible del hecho violento, con una escala de sanciones que equivale a la escala de clasificación de las conductas agresivas.
Si bien es cierto que la impunidad resulta ciertamente nociva para cualquier sociedad, más aún tratándose de niños en su etapa de formación, también es verdad que los castigos no deben ser tomados como soluciones. No hay, al menos hasta el momento de edición de este texto, ningún estudio pedagógico, educacional, psicológico o legal que demuestre una relación positiva entre el aumento de las sanciones y la disminución de los comportamientos violentos en las escuelas. Más aún, en muchos casos la aplicación de castigos deriva en nuevos escenarios de agresiones. Los peligros de curar violencia con más violencia –en este caso institucional– son muchos. Fundamentalmente, eso implica negar sus causas (estructurales, sociales, institucionales) y culpabilizar exclusivamente al individuo. Esta estrategia puede servir sólo para esconder responsabilidades, para ocultar rápidamente todas las evidencias de un fracaso (de la educación, de la comunicación docente-alumno, del sistema disciplinario).
La necesidad de trabajar sobre las causas involucra a la escuela y a cada uno de los educadores. Sus aportes, junto al de los padres y, claro está, al de los alumnos, serán el punto de partida para poder encontrar una solución concreta a estos episodios.
Del conflicto en el aprendizaje al aprendizaje en el conflicto
Es importante que comprendamos las situaciones de conflicto como oportunidades de aprendizaje, como espacios donde la escuela, como institución, puede actuar con maneras y métodos mucho más complejos que los represivos. Es hora de que toda la comunidad educativa trabaje en forma conjunta en la resolución de estos temas.
Se trata de empezar a pensar formas alternativas, en el sentido de lo que Ezequiel Ander-Egg denomina innovaciones educativas: “(...) nuevas soluciones a viejos problemas, mediante estrategias de transformación o renovación expresamente planificadas. O bien, introduciendo nuevos modos de actuar frente a prácticas pedagógicas que aparecen como inadecuadas o ineficaces.” Si uno de los problemas más importantes que puede constatarse en las aulas es el de las grandes diferencias entre los alumnos (culturales, económicas, sociales), y si frente a ello la escuela tiene como práctica pedagógica, desde hace siglos, la negación de esas diferencias en un colectivo que se pretende homogéneo, se tratará entonces de contrarrestar esa práctica, esa necesidad institucional. Pero ¿cómo hacerlo?
En el nivel de los contenidos, es trascendente reducir la descontextualización de los saberes que se le transmiten al niño e intentar vincular permanentemente estos nuevos conocimientos con sus saberes previos. Introducir desde el primer día al alumno en la comprensión de la diversidad, de las realidades distintas a la suya. Hacer de la diferencia un mérito, una oportunidad. Pasar de una concepción plana del aprendizaje a lo que Ander-Egg llama ‘concepción esférica’; es decir, incluyendo los sentimientos, los valores, la subjetividad frente al saber.
En el nivel de la educación y de los vínculos será fundamental involucrar a las familias, romper con la falsa dicotomía afuera-adentro en sus territorios más concretos. Promover la participación de los alumnos y de sus padres, en tanto agentes activos de su propia transformación. Llamar a la reflexión permanente sobre las relaciones humanas mismas, hacer de la violencia un tema por trabajar.
Enseñar la diversidad implica respetar y hacer respetar lo diferente. Revitalizar la vida cotidiana de cada uno, recomponer el valor de cada alumno como individuo, hacer de los conflictos el tema central para un nuevo aprendizaje. Desplazar el eje triunfo-fracaso con nuevas e ingeniosas formas de examinar y de premiar.
Es necesario que los docentes adquieran las capacidades que hoy no tienen para enfrentarse a las nuevas realidades, muchas veces alarmantes, muchas veces terribles. En este aspecto, la capacitación es una herramienta absolutamente imprescindible, pero no suficiente.
Es imperioso que la escuela abra sus puertas a las nuevas problemáticas del mundo contemporáneo; debe ser el espacio donde los alumnos reflexionen y analicen la realidad en la que viven. Si no lo hace, no podrá esperar soluciones del exterior. Si lo intenta, en cada proyecto, en cada docente, en cada aula, en cada alumno, estará cumpliendo su función. Estará otorgando a una práctica rutinaria y anquilosada sus potencialidades más maravillosas, su razón de ser: la de formar individuos, en el sentido más feliz de la palabra.
- IV. LOS DERECHOS HUMANOS EN CONTRA DE LA VIOLENCIA.
La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas, siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este vulnerable sector de la población, una de sus manifestaciones más dramáticas y extremas. La violación y el abuso sexual afectan una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como la libertad sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en la impunidad.
Asimismo, los distintos sectores sociales, al abordar el problema de los derechos humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que afecte profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional, para lo cual la violencia contra la mujer es tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los derechos humanos, y es un obstáculo para el desarrollo.
Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia, siendo fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y de dominación a los varones, adjudicándoles valores distintos. Al respecto, David Finkelhor sostiene que la victimización sexual probablemente es tan común en nuestras sociedades debido al grado de supremacía masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo de calidad dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los hombres necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en orden y socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su amenaza son útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza en la infancia con la victimización de la niña.
Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es también el derecho legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual como medio eficaz de control y socialización. Se produce así una internalización y aprendizaje de estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su permanencia. Otro elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente transmitida por los medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de todos los sectores sociales.
4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas.
Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen prácticamente imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no existen investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco existen registros rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que proporcionen información cuantitativa adecuada.
Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en la administración de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no recoge las distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden acercarnos a una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos registrados, que corresponden sólo a algunos denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo en cuanto se refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se pone en conocimiento de las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad oculta.
Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios ofrecen una aproximación, la cual constituye una referencia alarmante.
Prado Saldarriaga concluyó en una investigación:
Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país.
Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de mayor registro en los últimos 20 años.
Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas urbanas.
Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo etario de
18 a 27 años, y entre personas con educación básica regular.
4.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual.
En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen que las agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno, destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso en algunos casos pueden ocasionar la muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren intervención profesional inmediata.
Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia Familiar de la Universidad
de New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de 796 estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y bajos niveles de autoestima en aquellos participantes que habían sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr. Nahman Greenberg, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y director de la Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de trauma mental para las niñas y los niños que han sido envueltos por adultos en actividades sexuales.
En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante su niñez, se han encontrado:
1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira, acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla y en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas, mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y realizando intentos de suicidio.
2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso de terapia.
3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares.
4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta en esposa maltratada.
5) Temor a convertirse en agresor o agresora.
6) Problemas en su sexualidad.
7) Neurosis crónica de origen traumático.
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN
con solicitud de inclusión en el orden del día del debate sobre casos de violaciones de los derechos humanos, de la democracia y del Estado de Derecho presentada de conformidad con el artículo 122 del Reglamento sobre la escalada de violencia en México Hannes Swoboda, Ramón Jáuregui Atondo, María Muñiz De Urquiza en nombre del Grupo S&D
Nota.- Esta propuesta de resolución sólo está disponible en la lengua de su versión original.
Resolución del Parlamento Europeo sobre la escalada de violencia en México B7‑0188/2010
El Parlamento Europeo,– visto el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política, y Cooperación, entre la Unión Europea y los Estados Unidos Mexicanos,
– vista la recomendación del Parlamento Europeo al Consejo el 12 de Marzo de 2009 sobre una Asociación Estratégica UE-México,
– vista la Comunicación de la Comisión del de Julio de 2008 con el título 'Hacia una Asociación Estratégica UE-México (COM(2008)0447),
– vista la Comunicación de la Comisión del 30 de Septiembre de 2009 con el título "Unión Europea y América Latina: Una asociación de Actores globales" (COM(2009) 495),
– vista la resolución del 11 de Octubre de 2007 sobre el asesinato de mujeres (feminicidios) en México y América Central y el rol de la Unión Europea en la lucha contra este fenómeno,
– vista la declaración de la UE sobre los asesinatos de los periodistas José Luis Romero, Valentín Valdés Espinosa y Jorge Ochoa Martínez,
– vistas las declaraciones de las cinco cumbres de jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe (UE-ALAT), que tuvieron lugar en Rio de Janeiro (28 y 29 de Junio 1999), Madrid (17 y 18 Mayo 2002), Guadalajara (28 y 29 Mayo 2004), Viena (12 y 13 Mayo 2006) y Lima (16 y 17 de Mayo 2008),
– vista la declaración conjunta de la cuarta Cumbre UE-México en Lima, el 17 de Mayo de 2008,
– vista la declaración conjunta del noveno encuentro de la Comisión Conjunta UE-México que se tuvo lugar en Bruselas en noviembre de 2009,
– visto el Artículo 122 apartado 5 de su reglamento,
A. considerando que, México y la Unión Europea comparten una comunión de valores que encuentra expresión en nuestras sociedades democráticas, pluralistas, defensoras de las libertades fundamentales, de los derechos humanos, de la protección del medio ambiente y del desarrollo sostenible, así como el compromiso con la consolidación de la democracia, la seguridad jurídica, el combate a la pobreza y el desarrollo económico y social con equidad,
B. considerando que existe una sólida voluntad de ambas Partes para seguir avanzando en las relaciones bilaterales hacia una Asociación Estratégica que permita ampliar y profundizar el diálogo político bilateral, en particular coordinando posiciones comunes en cuestiones de importancia mundial en los foros multilaterales,
C. considerando que el Programa de Cooperación UE-México en materia de Derechos Humanos se puso en funcionamiento en el año 2008 en el marco del Programa de Cooperación bilateral UE-México 2007-2013 y que incluye como prioridad la prevención de la violencia contra las mujeres y la promoción de los derechos de la mujer, con programas específicos al respecto,
D. considerando el establecimiento del Instrumento Europeo para la Democracia y los Derechos Humanos, que tiene como prioridades el apoyo a la superación de la violencia contra la mujer y los niños, el fomento del cumplimiento de los derechos humanos por parte de los miembros de las fuerzas de seguridad pública, el apoyo a la superación de la discriminación y la inclusión de estándares internacionales en materia de justicia y derechos humanos,
E. considerando que los problemas y desafíos a los que México debe hacer frente no deben restar importancia a las mejoras significativas que el país ha experimentado a lo largo de las dos últimas décadas en todos los ámbitos.
F. considerando que nuestros sistemas democráticos tienen el deber y la obligación de garantizar el funcionamiento del estado de derecho y que el respeto a los Derechos Humanos y, por lo tanto, el disfrute y ejercicio pleno de las libertades, así como el derecho a la integridad física constituyen uno de los pilares básicos del estado de derecho,
G. considerando el compromiso que el gobierno Mexicano ha demostrado a través de la voluntad expresa y la acción decidida para acabar con el crimen organizado y el narcotráfico uno de sus principales desafíos, el problema de la seguridad ligada al narcotráfico, un reto de gran dificultad que debe vencerse con los instrumentos del Estado de Derecho, en el marco de la ley y bajo las garantías de los Derechos Humanos,
H. considerando la lealtad y el deber de concertación política y cooperación entre la Unión Europea y México en la lucha contra el narcotráfico y en la defensa de los derechos Humanos,
I. considerando, igualmente que las causas de la violencia y la inseguridad en México no pueden desligarse del problema estructural de la pobreza, la desigualdad y la marginación y que, paralelamente a la lucha policial contra el crimen organizado, es necesaria una visión estratégica integral de desarrollo inclusivo a largo plazo para avanzar en la cohesión social,
J. considerando que México está sufriendo una escalada de violencia debida principalmente al narcotráfico que se nutre, en primer lugar, de la lucha entre grupos criminales por el control de la oferta, en términos de producción y de tráfico, hacia el enorme mercado que representa Estados Unidos, y en segundo lugar, por el impacto de la ofensiva del gobierno Mexicano contra dicha situación,
K. considerando que están especialmente afectados por esta situación de violencia las mujeres los profesionales de los medios de comunicación y los defensores de derechos humanos,
1. Expresa su condolencia y se solidariza con los familiares y amigos de las víctimas, así como con el pueblo mexicano al que anima a seguir luchando por la defensa del sistema democrático y del Estado de Derecho;
2. Condena toda clase de violencia venga de donde venga y se solidariza con las autoridades Mexicanas y con el pueblo de México en la lucha contra el narcotráfico;
3. Anima a las autoridades de México a que sigan trabajando en el fortalecimiento del Marco institucional, con particular atención al colectivo de mujeres que sufre de forma más dramática la violencia;
4. Condena los reiterados ataques a los trabajadores de los medios de comunicación: el ejercicio de la libertad de expresión es un referente en la salud de nuestros sistemas democráticos y por ello, las autoridades deben velar para garantizar la integridad física y el libre ejercicio de su profesión;
5. Condena la violencia y las persistentes amenazas de muerte recibidas por los activistas que se dedican a la promoción y defensa de los derechos humanos en México y solicita una mayor implicación por parte de las autoridades Mexicanas en la defensa y el blindaje jurídico y personal de los colectivos mencionados;
6. Pide a los Gobiernos de los Estados miembros, en el marco de sus relaciones bilaterales con los países de México, así como a las instituciones europeas, que redoblen su apoyo a la defensa de los derechos humanos, en particular respecto a la prevención y protección de las mujeres, los defensores de derechos humanos y los profesionales del periodismo a través de programas de cooperación y recursos financieros y técnicos, mayores presupuestos para la creación de sistemas eficaces de protección de los testigos, las víctimas y sus familias, y que contribuyan a fortalecer la capacidad de los órganos judiciales, los cuerpos de seguridad y las fiscalías para perseguir y penar a los responsables. En particular, recomienda al gobierno de México una política de especial vigilancia a todas las instituciones y autoridades para que, en el ejercicio de sus responsabilidades se eviten abusos de poder impropios de una democracia rigurosa y aseguren el ejercicio de los contrapoderes correspondientes para garantizar una democracia equilibrada;
7. Felicita al Gobierno de México, por la reciente adopción de medidas para el fortalecimiento del Estado de Derecho que tienen como objetivo atajar algunos de los problemas estructurales que están en el origen de las violaciones de derechos humanos, y en concreto las relativas a la reforma del sistema judicial, y la lucha contra la impunidad, mediante la introducción de juicios orales que aumentan la transparencia y mejoran la efectividad de la justicia; celebra, asimismo la aprobación por parte del gobierno Mexicano de una Ley Federal para combatir el tráfico de seres humanos, que incluye el nombramiento de un responsable especial para este tema;
8. Invita al Consejo Conjunto que aborde de forma urgente y preferente los asuntos de derechos humanos en su próxima reunión y que se consolide la intención de organizar pronto un primer encuentro de diálogo de alto nivel UE-México sobre Derechos Humanos;
9. Estima que la integración social de nuestros jóvenes constituye uno de los elementos fundamentales para que se reconozcan en el sistema democrático; su desafectación es una de las causas que más contribuye a generar el estado de violencia; por ello, la cooperación de la UE en materia de cohesión social debe intensificarse, a la vez que pide a las autoridades mexicanas que dediquen los recursos necesarios para ayudar a sus jóvenes para que encuentren acomodo en la sociedad;
10. Solicita a la Comisión Europea y al Gobierno de México, que en la revisión de medio término (2007 - 2013) del Instrumento de Cooperación al Desarrollo (ICD), establezca como área prioritaria en el sector de concentración 1° "cohesión social", la seguridad y el fortalecimiento de la gobernabilidad y las instituciones;
11. Pide a su Presidente que transmita la presente resolución al Presidente y al Congreso de los Estados Unidos Mexicanos, a la Comisión, al Consejo y a los Estados miembros.
VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE PROTECCIÓN.
La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la necesidad de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los integrantes del grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos, humillaciones y agresiones sexuales que se producen en el ámbito de las relaciones familiares. Si bien es cierto que las manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños, derivándose de ahí precisamente la denominación de violencia doméstica o familiar.
Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a dichos espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de estudio y/o trabajo y en general los espacios frecuentados por las víctimas.
De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: (i) ¿cuáles son los componentes de todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia, el sistema jurídico?, y (ii) ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar?
El sistema jurídico tiene tres componentes básicos:
El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es el Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes.
Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos operadores de la administración pública o privada que están involucrados en la aplicación de este componente normativo, de la ley escrita. Es un componente clave cuando hablamos de mecanismos legales de protección frente a la violencia familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad y el Estado para hacer realidad aquello que disponen las normas legales.
Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un hecho concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación.
Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema de los mecanismos legales en una sociedad determinada.
Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia familiar. La misma alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual se infiere un daño físico, sexual o psicológico a un integrante del grupo familiar -conviviente o no-, a través del engaño, la coacción, la fuerza física, la amenaza, el caso, entre otros.
La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder, de jerarquía. Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos apreciar que existe una relación del fuerte contra el débil. Muy rara vez escucharemos hablar de la violencia del niño contra su padre. Por lo general, cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se trata de padres mayores, muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan en fortaleza física.
El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres-hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía: marido-mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de violencia intrafamiliar.
Crear un ambiente protector
Millones de niñas y niños de todo el mundo están expuestos a la violencia, la explotación y los abusos, incluidas las peores clases de esclavitud laboral en comunidades, escuelas e instituciones y durante los conflictos armados; asimismo están sometidos a prácticas dañinas, como la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Muchos millones más, que aún no son víctimas, tampoco reciben la adecuada protección.
Proteger a los niños contra la violencia, la explotación y el abuso es un componente esencial para defender su derecho a la supervivencia, al crecimiento y al desarrollo. El compromiso de UNICEF de amparar a los niños y niñas se subraya en nuestro Plan Estratégico de Mediano Plazo y la Estrategia de protección de la infancia. Como base de nuestra respuesta, recurrimos a Compromisos Básicos Corporativos, la Convención de los Derechos del Niño, la Declaración del Milenio, y numerosos acuerdos internacionales.
UNICEF defiende y apoya la creación de un entorno protector para niños y niñas en colaboración con los gobiernos, asociados nacionales e internacionales, incluyendo al sector privado, y con la sociedad civil. Los sistemas nacionales a favor de la infancia, las prácticas sociales protectoras y la propia capacitación de niñas y niños, unidos a una buena supervisión y control, son algunos de los elementos de un entorno protector que permitirán a los países, comunidades y familias prevenir y responder a la violencia, a la explotación y al abuso.
Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar.
1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de respuestas legales, por tratarse de la agresión más evidente.
2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona. Esta es una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que se produce en el interior de un grupo familiar.
3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque, actualmente, algunas manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra legislación penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal. Estos últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de violación.
Contra la Violencia Familiar. A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de la sociedad frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso complementario al Código de los Niños y Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato físico y psicológico entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común, aunque no convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad.
Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de protección a las mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances protegen a estos dos grupos humanos que mayoritariamente son afectados por estas manifestaciones de violencia: a las mujeres y a las niñas y niños. En este sentido, constituye un recurso que creemos puede ser utilizado y redimensionado para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia. Esta norma tiene como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son víctimas de violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas en diversos niveles, siendo las más urgentes de atención:
1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía que ubican a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante de la violencia en el interior de la familia.
2. Las acciones organizativas:
La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos promover la participación de la comunidad en la prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de la familia. La idea es que la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento de las medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar.
3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios especializados. En ellos se ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones para mujeres, e igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que existen con personal especializado para atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de crear hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los gobiernos locales. Un aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes no había sido considerado en ninguna otra norma, es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los agresores para evitar, precisamente, que el maltrato continúe y se multiplique.
4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen uno de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y fiscales.
5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo. Esto significa celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la víctima. Es un procedimiento, en principio, que no debería ser obstaculizado por ningún tipo de formalismos. Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente cultural señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado acostumbrados a aplicarse este tipo de legislación.
- El niño y la niña golpeados
Vamos a definir la violencia Intrafamiliar como aquella violencia que tiene lugar dentro de la familia, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio, y que comprende, entre otros, violación, maltrato físico, psicológico y abuso sexual.
Entendemos que la violencia doméstica es un modelo de conductas aprendidas, coercitivas que involucran abuso físico o la amenaza de abuso físico. También puede incluir abuso psicológico repetido, ataque sexual, aislamiento social progresivo, castigo, intimidación y/o coerción económica .
Hay autores que señalan que la violencia Intrafamiliar se da básicamente por tres factores; uno de ellos es la falta de control de impulsos, la carencia afectiva y la incapacidad para resolver problemas adecuadamente; y además en algunas personas podrían aparecer variables de abuso de alcohol y drogas .
Todos sabemos que siempre es triste y doloroso arrastrar la vida cuando no se recibió amor, sobre todo de los padres durante la niñez. Todo el que ha estudiado siquiera un poco al ser humano, le va a decir que los cinco primeros años de la vida dejan una marca imborrable para toda la vida, para bien o para mal. Por eso, el privar a un niño de amor es como privar de fertilizante a un árbol que empieza a crecer, pero el golpearlo es como echarle veneno, lo va a terminar de matar psicológicamente y emocionalmente, o mejor va a crecer herido de muerte. Pero hay golpes y golpes, algunos golpes sacan sangre o dejan morados, incluso un mal golpe puede producir la muerte, pero hay otros más sutiles que no se ven, pero que se graban a fuego lento no sólo en mente sino en la identidad de ese niño o de esa niña. Se graban en su "yo", y los frutos de estos golpes emocionales se van a ver después en sus relaciones con personas significativas y en su relación con el mundo.
Me gustaría hablar un poco más detalladamente de esos golpes, que solamente los ven o los oyen quienes los dan, aunque no piensen en las consecuencias futuras y terribles que van a traer en sus hijos .
Está claro, que cuando se repiten los golpes físicos, pero sobre todo los psicológicos o emocionales, se va agotando el amor. Nosotros los adultos sabemos cómo duele el silencio, tal vez más que las palabras ofensivas. Ese silencio es el peor de los castigos, ahora imagínese a un niño que no ha hecho nada y no se le habla, y no se le abraza y acaricia, cómo se va conformando su identidad...pensemos en eso.
¿Han pensado en el daño que hacen a sus hijos, posiblemente muchas veces sin darse cuenta, cuando en lugar de relacionarse con sus hijos pequeños están preocupados del trabajo, con la limpieza, etc., en forma obsesiva y perfeccionista la casa? Son golpes lentos que van formando defectuosamente la escultura de su hijo.
Silencio y ausencia, cuando se reprocha al hijo los pequeños errores pero cierras tu corazón y tu boca cuando hace algo bien. Por, ejemplo, cuando el niño empezó el kínder e hizo un dibujo, que pudo ser cuatro rayas cruzadas, pero que para él era una obra de arte, en lugar de abrazarlo o alabarlo, guardaste silencio. Con ello se produce en el hijo que aprenda a ver sólo los errores, pero no lo bueno que hay en sus personas.
Todos estos golpes emocionales y psicológicos, hacen tanto daño en la niñez porque el niño o la niña no saben defenderse; su mente apenas empieza a desarrollar lentamente ciertos mecanismos de defensa para poder filtrar y analizar lo que ve y oye. Su mente es como una esponja: recibe todo. No tiene capacidad para decir esto es verdad o no es verdad, lo que dicen es justo o injusto. Por eso los mensajes-golpes son como olas gigantescas que llegan sin control a lo más profundo de ese ser indefenso. Pero que distinta es la niñez y el futuro de sus hijos cuando ellos palpan el amor entre su padre y su madre, cuando ellos desde pequeños ven que su madre recibe con un beso, un abrazo al padre que llega del trabajo, o cuando el padre viene con un ramo de flores para su esposa o le da un beso a su esposa. Son detalles que se van grabando en el alma de los niños, que van modelando su personalidad, que van llenando de amor ese tanque-corazón. Créame, esa será la mejor herencia que podrá dejar a sus hijos.
2 - Las causas de la codependencia
En todas las familias existe cierta disfuncionalidad en mayor o menor grado. A menudo las personas codependientes han sido objeto de algún tipo de abuso físico o verbal, o sufrieron el abandono de uno de sus padres o de ambos, ya sea físico o emocional.
El codependiente busca alivio en alguna adicción para "anestesiarse" ante su dolor. A veces lo hace a través de relaciones personales disfuncionales y muchas veces dañinas; o mediante adicciones al dinero, el sexo, la ira, las drogas, la bebida, etc. El codependiente está atado a lo que le sucedió en su familia de origen y se siente internamente torturado por ello, aunque la mayoría de las veces no se da cuenta de lo que le está sucediendo.
Cada uno de nosotros tenemos una necesidad innata de recibir amor. A esta necesidad la podemos llamar "el tanque del amor". Al nacer el niño, ese tanque está vacío. Si los padres son personas emocionalmente sanas cuyos tanques de amor están llenos, pueden
Llenar el tanque de sus hijos y estos crecerán y se desarrollarán psicológicamente sanos. Sin embargo, si uno de los padres o ambos no tenían lleno su propio tanque, lo más probable es que el niño no reciba suficiente amor porque su padre o su madre no lo tuvieron para darlo. Esta falta de amor deja cicatrices en el alma de los niños que llevan a ciertos comportamientos disfuncionales en la adultez, como la codependencia. El codependiente no puede dar lo que no recibió, por lo tanto, la codependencia se convierte en un círculo vicioso que continúa de generación en generación si no se busca ayuda psicológica .
Los niños de familias disfuncionales crecieron sin haber escuchado mensajes importantes de sus padres tales como; "eres muy inteligente", "estás haciendo un buen trabajo" o "gracias mi amor, agradezco mucho tu ayuda." Debido a ello al crecer se sienten abandonados, tienen baja autoestima y buscan la aprobación de otras personas para sentirse mejor consigo mismos. A veces su hambre de amor y aprobación son tan grandes al llegar a la adolescencia o la adultez, que están dispuestos a soportar cualquier cosa, con tal de recibir aunque solo sean "migajas" de cariño y atención.""
3 - Dinámica de la VIF
Al principio de la mayoría de las relaciones es muy difícil que aparezca la violencia. Durante este período se muestra un comportamiento positivo. Cada miembro de la pareja muestra su mejor faceta. La posibilidad de que la pareja termine es muy alta si ocurriera algún episodio de violencia.
Fase1. Acumulación de tensión
La dinámica de la violencia Intrafamiliar existe como un ciclo, que pasa por tres fases.
- A medida que la relación continúa, se incrementa la demanda así como el stress.
- Hay un incremento del comportamiento agresivo, más habitualmente hacia objetos que hacia la pareja. Por ejemplo, dar portazos, arrojar objetos, romper cosas.
- El comportamiento violento es reforzado por el alivio de la tensión luego de la violencia.
- La violencia se mueve desde las cosas hacia la pareja y puede haber un aumento del abuso verbal y del abuso físico.
- La pareja intenta modificar su comportamiento a fin de evitar la violencia. Por ejemplo: mantener la casa cada vez más limpia, a los chicos más silenciosos, etc.
- El abuso físico y verbal continúa.
- La mujer comienza a sentirse responsable por el abuso.
- El violento se pone obsesivamente celoso y trata de controlar todo lo que puede: el tiempo y comportamiento de la mujer (cómo se viste, adónde va, con quién está, etc.)
- El violento trata de aislar a la víctima de su familia y amistades. Puede decirle, por ejemplo, que si se aman no necesitan a nadie más, o que los de afuera son de palo, o que le llenan la cabeza, o que están locos etc.
Esta fase difiere según los casos. La duración puede ser de semanas, días, meses o años. Se va acortando con el transcurrir del tiempo.
Fase 2. Episodio agudo de violencia
- Aparece la necesidad de descargar las tensiones acumuladas
- El abusador hace una elección acerca de su violencia. Decide tiempo y lugar para el episodio, hace una elección consciente sobre qué parte del cuerpo golpear y cómo lo va a hacer.
- Como resultado del episodio la tensión y el stress desaparecen en el abusador. Si hay intervención policial él se muestra calmo y relajado, en tanto que la mujer aparece confundida e histérica debido a la violencia padecida.
Fase 3. Etapa de calma, arrepentimiento o luna de miel
- Se caracteriza por un período de calma, no violento y de muestras de amor y cariño.
- En esta fase, puede suceder que el golpeador tome a su cargo una parte de la responsabilidad por el episodio agudo, dándole a la pareja la esperanza de algún cambio en la situación a futuro. Actúan como si nada hubiera sucedido, prometen buscar ayuda, prometen no volver a hacerlo, etc.
- Si no hay intervención y la relación continúa, hay una gran posibilidad de que la violencia haga una escalada y su severidad aumente.
- A menos que el golpeador reciba ayuda para aprender métodos apropiados para manejar su stress, esta etapa sólo durará un tiempo y se volverá a comenzar el ciclo, que se retroalimenta a sí mismo.
Luego de un tiempo se vuelva a la primera fase y todo comienza otra vez.
El hombre agresor no se cura por sí solo, debe tener un tratamiento. Si la esposa permanece junto a él, el ciclo va a comenzar una y otra vez, cada vez con más violencia.
a) Abuso verbal: Rebajar, insultar, ridiculizar, humillar, utilizar juegos mentales e ironías para confundir, etc.
b) Intimidación: Asustar con miradas, gestos o gritos. Arrojar objetos o destrozar la propiedad.
c) Amenazas: De herir, matar, suicidarse, llevarse a los niños.
d) Abuso económico: Control abusivo de finanzas, recompensas o castigos monetarios, impedirle trabajar aunque sea necesario para el sostén de la familia, etc.
e) Abuso sexual: Imposición del uso de anticonceptivos, presiones para abortar, menosprecio sexual, imposición de relaciones sexuales contra la propia voluntad o contrarias a la naturaleza.
f) Aislamiento: Control abusivo de la vida del otro, mediante vigilancia de sus actos y movimientos, escucha de sus conversaciones, impedimento de cultivar amistades, etc.
g) Desprecio: Tratar al otro como inferior, tomar las decisiones importantes sin consultar al otro.
11 - Prevención e intervención en la dinámica de la violencia
La amenaza de ejercer violencia y su ejercicio al interior de la familia son conductas aprendidas y reforzadas por la violencia en los medios y en la sociedad y por la estructura tradicional de dominación en la familia. Con frecuencia aquellos que ejercen la violencia fueron víctimas u observadores de ella en sus familias de origen.
Desde un punto de vista sistémico las complejas conductas disfuncionales que hay tras la denominada "violencia intrafamiliar" son manifestaciones de desordenes o implicaciones sistémicas que tienen su origen en dos tipos de eventos en la historia familiar de los perpetradores y de las víctimas:
- eventos acaecidos en la familia de origen de uno o de ambos miembros de la pareja que han quedado inconclusos. Ellos pueden haber tenido como protagonistas de injusticias, actos de violencia y/o culpabilidad no asumida, a personas de otras generaciones. Sus consecuencias se vienen repitiendo y seguirán repitiéndose a lo largo de muchas generaciones si los hechos acaecidos no son reconocidos y concluidos apropiadamente en el contexto del alma familiar .
- eventos que han afectado el equilibrio en la relación de pareja o actos graves en los que se ha implicado uno o ambos y no han asumido responsablemente sus consecuencias o sus culpas. En estos casos la violencia intrafamiliar es una manifestación de desordenes asociados a otras conductas disfuncionales, como por ejemplo el incesto, los celos, el alcoholismo, destinos familiares difíciles tales como la discapacidad de un hijo, la homosexualidad no asumida. .
Un nuevo método psicoterapéutico, creado por el alemán Bert Hellinger, nos ha permitido observar estos eventos cargados de altos niveles de energía afectiva que han sido bloqueados y cómo se expresan a través de sentimientos o emociones sustitutas que resultan incomprensibles incluso para quién las manifiesta, y no se pueden resolver sin una mirada al sistema completo en que se ejercieron .
Así, por ejemplo, si el dolor por actos de violencia perpetrados contra uno por un ser querido no es reconocido y sentido, éste nos lleva paradójicamente a la ceguera ante las propias conductas violentas; por el mismo mecanismo, la negación de una culpa no reconocida de otros miembros del sistema familiar y que no ha sido compensada apropiadamente, se expresa a través de actuar un papel de víctima o de victimario de un descendiente a pesar de que éste no tuvo ninguna responsabilidad en los hechos negados o silenciados .
En el enfoque ante la violencia se considera que las causas de esta conducta se hallan en el ámbito de la historia de los afectados y que su curación depende del reconocimiento de la necesidad de poner en orden algo en la psiquis o alma de la familia de origen y/o actual de uno o de ambos integrantes de la pareja .
También es preciso dar herramientas para el manejo de conflictos a quienes ejercen la violencia, proveer a las víctimas de habilidades para confrontar en forma apropiada a quienes los hacen objeto de su violencia y fijar límites y aprender a mantener el delicado equilibrio entre dar y recibir de lo bueno y lo malo en el intercambio conyugal.
El trabajo con grupos en que participan miembros de familias, afectadas en diversos grados por el fenómeno de la violencia intrafamiliar, debe estar libre de juicios morales o éticos. Es necesario mirar a los individuos, incluidos a los perpetradores de la violencia, como a niños que obedecen los estándares válidos en su familia de origen. Si se desviaran de ellos, se sentirían culpables y no aceptados ya en su familia de origen. Es aún más difícil cuando esos estándares operan no sólo en la propia familia sino en otras del grupo de referencia de los concernidos. Entonces la presión por seguir esos estándares es aún mayor. Con este trasfondo se puede mirar a las familias de las víctimas y los perpetradores de una manera más relajada y con el ánimo de comprenderlas. Así ambos pueden tener un lugar en el corazón del terapeuta y del grupo .
También es preciso estar consciente de que la gente está identificada con perpetradores, entre sus antecesores, que fueron condenados sin reconocer que estaban implicados sistémicamente. Aquí cabe realizar ejercicios en que los perpetradores ya fallecidos y sus víctimas encuentran paz al unirse en un pesar común, lo que facilita la ocurrencia de cambios significativos en las familias .
Es posible observar algunos signos en determinadas etapas de nuestra relación de pareja.
En el noviazgo.
Últimamente son frecuentes las noticias de mujeres heridas o golpeadas, inclusive muertas, por sus esposos. Las que han buscado ayuda han reconocido que desde la época de sus noviazgos aparecían detalles que al pasarlos por alto no les permitieron darse cuenta de lo que vendría después .
Cuando uno se enamora suele ver todo "color de rosa". La figura de la otra persona aparece ante nuestros ojos como perfecta. Si le vemos algún pequeño defecto, corremos inmediatamente a buscar una justificación o lo vemos como un asunto pasajero.
El excesivo control de nuestros actos .
Si él, por ejemplo, llama constantemente al trabajo o a la casa para saber qué está haciendo ella, se toma como un signo de amor y de preocupación hacia la mujer amada. Si se enoja porque llegamos 10 minutos tarde a la cita, lo atribuimos a un exceso de responsabilidad y puntualidad .
Muchas veces no es hasta que se ha establecido el matrimonio que comenzamos a darnos cuenta quién es realmente la persona que tenemos al lado y nuestra primera sensación es la de habernos casado con un extraño al que hay que dar cuenta de todo, cumplir horarios severamente estrictos y que socava poco a poco nuestra capacidad de decidir y autoestima.
Algunas frases comunes a las que generalmente no prestamos atención son: ¿a dónde vas?, ¿con quién?, ¿por qué?, ¿vas con esa ropa tan provocativa?, ¿a qué hora regresas?, ¿lo saben tus padres? ¿Esa amiga yo la conozco?, ¿dónde vive? Y otras que nos parecen puro interés amatorio pero que luego se convierten en motivos de gran ansiedad por si casualidad la hora que dijimos se va a extender o si hubo improvisaciones de último momento que luego él no va a comprender y les va a otorgar otros significados.
El afecto para ellos no es compartible .
La primera etapa pudiera decirse que transcurre fundamentalmente en ese tipo de control posesivo. Es importante observar cómo reaccionan ante el amor que podemos sentir hacia otras personas. A ellos les molesta en demasía el cariño hacia familiares, amigos e hijos. Los celos de este tipo prácticamente aparecen en todos los hombres violentos. Es por eso que el nacimiento de los hijos desemboca muchas veces en episodios violentos. Ellos sienten que ya no tienen todo el cariño, que el bebé se lleva la mayor parte, que están desatendidos y por lo general, son incapaces de manejar adecuadamente la situación.
Desean todo nuestro tiempo, pensamientos y devociones para estar seguros de nuestro afecto. Por lo general son personas con baja autoestima que necesitan constantemente una reafirmación de nuestros sentimientos .
¿Conociste bien a su familia de origen? .
Es muy importante conocer a la familia del futuro esposo y cómo transcurrió su infancia. Los hombres violentos en su mayoría proceden de hogares donde eran comunes las discusiones, insultos, desvalorizaciones, roturas de objetos, golpes, etc. No todas las personas que tuvieron un hogar así son violentas, pero existen muchas posibilidades de que repitan el modelo familiar cuando establezcan sus propias familias.
La violencia no siempre tiene que ver con los golpes. Las descalificaciones, desvalorizaciones e insultos son síntomas que indican la presencia del fenómeno. Frases comunes son: "Así no se hace eso", "Déjame a mí que tú no sabes", "Eres muy lenta", "Cállate, no seas tarada", "¿qué decís?, si de esto tú no sabes", etc.
El dinero, otro aspecto de la violencia .
Otras formas de violencia tienen que ver con lo económico. En estos casos, el hombre mantiene el control del dinero, supervisa en qué cosa se gastó algo por mínimo que sea y la mujer tiene que pedir, a veces, hasta para compras muy pequeñas, como leche, bizcochos, etc. .
Cualquier tipo de manifestación de violencia puede convertirse en otra. A medida que avanza la relación, de los insultos se puede pasar a romper objetos, de eso a los golpes y si no hay una detención del problema se puede llegar hasta la muerte.
COMO IMPACTA LA VIOLENCIA EN LOS ALUMNOS
Errónea concepción de educación, el maltrato infantil
Oaxaca, Oaxaca, 26 de febrero, 2001 El maltrato infantil es una aplicación errónea de la disciplina en el hogar, concluye el estudio realizado por un grupo de especialistas en el área médica interesados por conocer la situación que viven los menores en la ciudad de Oaxaca.
Sobre la investigación, Ulises Reyes Gómez, responsable del Departamento de Enseñanza e Investigación en el Área de Psicoanálisis de la Clínica Diana de Especialidades y primer autor de la misma sostiene que en el hogar, en general, es el tipo de disciplina que salvaguarda los derechos individuales de todos los miembros de la familia.
Sin embargo, la disciplina estricta es siempre una proyección de odio a sí mismo y muchas de las malas conductas infantiles es una prueba visible de un tratamiento erróneo.
Asegura que el tema de maltrato al menor, en cualquiera de sus variedades, es motivo de interés mundial por su creciente prevalecida y que los niños y las niñas sometidos a una disciplina rígida o maltratados por sus padres o madres pueden estar en mayor riesgo de presentar un comportamiento agresivo a largo plazo.
Explicó que esta investigación que arroja datos interesantes sobre la problemática de maltrato y al mismo tiempo “las justificaciones de los padres”, se desarrollo en las colonias Volcanes, Dolores e Infonavit, así como en las agencias de San Martín Mexicapan, San Juan Chapultepec y Montoya.
Reyes Gómez agregó que entre los resultados se encontró la aplicación del maltrato emocional, como gritos (67.97) insultos y groserías (74.89), amenaza de abandono (1.47), amenaza de correrlo de casa (2.55), amenaza de muerte (1.59), privación de la libertad (79.6), privación de alimentos (1.34 por ciento).
Pero además se ejerce el maltrato físico en las niñas y los niños mediante golpes en la cara (9.82), en la boca (3.93), en la cabeza (19.85), en el cuerpo (79.97), empujones (16.97), quemaduras con cigarro (0. 8) patadas (0.88), fracturas (0.4) ataduras (0.7) y descalabradas (0.16 por ciento).
El primer autor de la investigación “Maltrato infantil como aplicación errónea de la disciplina en el hogar” añadió entre los datos relevantes destaca el hecho de que los infantes son maltratados desde su nacimiento y conforme crecen los castigos son más severos debido a la rebeldía que ellos presentan como consecuencia.
En la etapa preescolar y escolar los niños y las niñas son mayoritariamente maltratos, en la adolescencia se rebelan no son tan indefensos e inclusive llegan a agredir física y moralmente a sus padres o bien abandonar su hogar por esta situación.
El médico expone que el problema del maltrato infantil como parte de una disciplina en el hogar, implica riesgos en los menores ya que se encontraron casos en que ellas o ellos sufrieron algún tipo de fractura sin que hayan recibido atención médica hospitalaria, así como otro tipo de lesiones que “cicatrizaron” por si mismas.
Eso, aunado a las consecuencias emocionales que trae consigo el maltrato y que se refleja desde una cara triste o de indiferencia ante la realidad, hasta una conducta antisocial.
Consideró que en lo particular la familia se debe tratar como una entidad, desde el punto de vista médico legal y social, por lo que los padres y madres deben también recibir educación sobre la forma de tratar a los hijos e hijas, para que estos a su vez en su edad adulta no se conviertan en agresores como suele suceder.
En conclusión sostiene que los niños y las niñas sometidos a una disciplina rígida o maltratados por sus padres o madres pueden estar en mayor riesgo de presentar un comportamiento agresivo a largo plazo.
ALGUNAS IDEAS
En ese sentido plantea como necesario seguirse ciertos principios al decidir las estrategias para recompensar o castigar el comportamiento de los niños y de las niñas:
* Los comportamientos que se van a recompensar o a castigar deben especificarse claramente en oraciones cortas y concretas.
* Debe seleccionarse sistemáticamente un máximo de tres comportamientos para las recompensas y tres para el castigo.
* La recompensa o el castigo deben seguir inmediatamente después de reconocer el comportamiento.
* El refuerzo o el castigo en particular que va a aplicarse debe individualizarse para determinar: a) qué es aceptable para todos los miembros de la familia, b) ¿es un castigo o un refuerzo para el menor?
El castigo sólo enseña a los niños qué tipo de comportamiento no es aceptable, pero no puede enseñar qué comportamientos son deseables, por consiguiente, debe constituir sólo una pequeña parte de toda la estrategia disciplinaria, como señalan algunos investigadores.
Nos hemos planteado al comienzo del trabajo que el desarrollo de la personalidad del individuo queda determinada si ésta sufre de algún tipo de maltrato durante su infancia. Por ello podemos concluir que la primera etapa de sociabilización que el niño vive en el núcleo familiar es muy importante para su futura relación con la sociedad. Más específicamente, es lo que determinará la manera que se relacionará con esta. Es también esta etapa muy importante debido a la formación de la personalidad. Es por eso que pensamos que si el niño sufre de maltrato en esta primera etapa de su vida, le quedarán secuelas irreversibles que se manifestarán de diferentes maneras en su vida de adulto. El maltrato, además, viola derechos fundamentales de los niños, y por lo tanto, debe ser detenido, y cuanto antes mejor.
Los niños maltratados del hoy, son los que se convertirán en los adultos problemáticos del mañana. Son quienes estarán a cargo de la sociedad, quienes llevarán adelante grupos y comunidades. Por esto debemos fomentar campañas a favor de las denuncias del maltrato infantil, creando los ámbitos adecuados y desarrollando los foros de discusión necesarios. Así como también los adultos deben asumir sus responsabilidades maduramente y con compromiso para evitar que los niños se conviertan en agresores.
A lo largo de la monografía fueron surgiendo diferentes temas que podrían servir para futuras investigaciones. Por ejemplo, cuál es el tipo de familia en la que se da con más frecuencia el maltrato infantil. También pensamos que se podría investigar si las secuelas del maltrato en la niñez son irreversibles. Finalmente se podría profundizar en las características sociales y familiares de los victimarios y de las víctimas, para así poder saber más sobre el maltrato infantil.
La violencia de género en la Educación Básica La Secretaría
de Educación Pública (SEP) tiene como una de sus prioridades hacer de las escuelas lugares libres de discriminación, con ese fin realizó una investigación para comprender el fenómeno de la violencia de género en las escuelas con el propósito de orientar el diseño y desarrollo de políticas educativas que propicien un mayor y mejor equilibrio entre los sexos, y que contribuyan a garantizar los derechos de las niñas y los niños a la no discriminación.
México se ha comprometido, nacional e internacionalmente, a garantizar al hombre y a la mujer la igualdad en el goce de todos sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos; y transgredirlos por situaciones de sexo podría considerarse violencia de género.
De acuerdo con la investigación de la SEP
, las consecuencias que se derivan de la violencia de género en las escuelas son considerables, desde la falta de interés por estudiar hasta la deserción escolar, pasando por la afectación a la integridad física, problemas de aprendizaje e inadaptación social; es decir, los niños que lloran para no ir a la escuela pueden estar viviendo violencia, si la niña, niño o adolescente lleva malas calificaciones puede ser porque no se concentra ya que las burlas o las agresiones no se lo permiten, es necesario poner atención si vemos en los niños y niñas algún indicador o cambio de conducta.
Esta investigación dio lugar al Informe nacional sobre violencia de género en Educación Básica de México, el cual nos permite conocer que todavía los niños y niñas de cuarto y quinto grado tienen una concepción tradicional de los roles y estereotipos, por ejemplo, los niños salen a jugar fuera de sus casas con más frecuencia que las niñas y éstas son más consentidas por sus padres que los niños, pues se cree que son frágiles.
El cuestionario arrojó datos muy interesantes como es que la mayoría de niños y niñas de 4° y 5° de primaria viven con ambos padres, mientras que el 2 % no vive con ninguno de los dos y de los que viven únicamente con alguno de ellos, 90.7% menciona que es con su mamá y el 9.2 % vive sólo con su papá.
Los niños ayudan con mayor frecuencia al papá en su trabajo, cuando éste se realiza en la casa, es decir, el 65.3 % de los niños lo hacen y también el 41.2 % de las niñas.
Los niños señalaron que las situaciones de violencia que ocurren en el hogar, son: 44% dijo que en su casa mandaba su mamá, 43% señaló que su papá; el 31% aseguró que su mamá le pega y 22.4% que su papá; el 4.6% indicó que su mamá le pega a su papá y el 4.5% que su papá golpea a su mamá; sólo el 4.6% de los niños aseveraron que nada de esto sucede en su casa.
En cuanto a las actividades que realizan los padres y madres con los hijos de primaria y de secundaria, se conoció que las niñas de primaria platican más con su mamá que con su papá, al igual que las de secundaria. Tanto padres como madres de niños de primaria y secundaria les preguntan cómo les fue en la escuela.
Las niñas tienen mayores expectativas de educación, consistentemente más elevadas que los hombres. Los niños dijeron, por ejemplo, que esperan casarse y tener hijos a edades más tempranas que las niñas.
Es grave saber que los estudiantes de sexto de primaria y de secundaria consideran que “la mujer es la que tiene que cuidarse para no quedar embarazada”, el 68.3% de niños y niñas de primaria y el 57.5% de los de secundaria opinaron que esto es correcto. Menos de la mitad de los estudiantes de Primaria manifestaron estar de acuerdo en que “el hombre es el que manda y decide lo que le conviene a la familia”.
Con estos datos podemos ver que los roles tradicionales aún no han sido superados, ya que el 77.3% y el 71.9% de los estudiantes de primaria y secundaria, respectivamente, consideran que “el hombre es el que debe tener la mayor responsabilidad para traer el dinero al hogar”, cuando esto ya no pasa en nuestros días, generalmente los dos trabajan. Con este respecto el 85.7% de los niños de primaria creen que “los niños sí deben terminar estudios y prepararse para mantener su futuro hogar” y coincide el 79.3% de los jóvenes de secundaria. Tanto los niños y niñas de primaria están de acuerdo en que “las mujeres deben aprender a ayudar en casa cuidando a los hermanitos y/o haciendo labores de limpieza”.
La encuesta reflejó también que los niños, las niñas y las familias no tienen la capacidad de dar una solución no violenta a los conflictos. Urge atender esta área para generar una cultura de no violencia.
Los hallazgos de la investigación demandan enriquecer los contenidos curriculares de la formación magisterial; capacitar a los docentes en temas con aplicación práctica en las aulas; analizar y enriquecer los libros de texto; establecer acciones escolares a favor de la no discriminación, e incorporar acciones que favorezcan el reconocimiento y el respeto de la pluralidad cultural, entre otras.
María Elena Álvarez de Vicencio* | Opinión Lunes 26 de Abril, 2010 | Hora de creación: 01:37| Ultima modificación: 01:37
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MONOGRAFIA REALIZADA POR LIC: DANIEL OMAR CHAVEZ BURGA
HECTOR ENRIQUE LAZO HUAYLINOS Bachiller en Psicología
María Elena Álvarez de Vicencio* | Opinión Lunes 26 de Abril, 2010 | Hora de creación: 01:37| Ultima modificación: 01:37
MONOGRAFIA REALIZADA POR
LIC: DANIEL OMAR CHAVEZ BURGA
Latindanny [arroba] hotmail.com
HECTOR ENRIQUE LAZO HUAYLINOS
Bachiller en Psicología
helh14 [arroba] hotmail.com
Debate sobre casos de violaciones de los derechos humanos, de la democracia y del Estado de Derecho presentada de conformidad con el artículo 122 del Reglamento sobre la escalada de violencia en México Hannes Swoboda, Ramón Jáuregui Atondo, María Muñiz De Urquiza en nombre del Grupo S&D
Soledad Jarquín Edgar, corresponsal CIMAC).-
Liliana Belinco
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Monografía creado por Paola Silva F. Extraido dehttp://www.abcpediatria.com/content/view/2480/26/
21 Marzo 2006
“HERRAMIENTAS DE LA MENTE”
BOBRAVA ELENA, LEONG J. DEBORAN
BIBLIOTECA PARA LA ACTUALIZACIÓN DEL MAESTRO (BAM).
*2002 Competencia Estratégica Del Docente ante la violencia escolar en países en vías de desarrollo. Revista interuniversitaria de Formación de Profesorado, diciembre, número. 045. Universidad de Zaragoza. Zaragoza Latinoamericanista PP 169-182.
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